El origen de estos platos se remonta a los tiempos cuando la cocina debía basarse en los productos de proximidad. Para introducir variaciones en la dieta, los pescadores de las costas catalanas intercambiaban el producto de su pesca con el payés (agricultor) que tenía aves, carne o verduras. En el caso de la Costa Brava, la proximidad del mar al Pirineo facilitaba mucho la mezcla de productos.
A mediados del siglo pasado los cocineros profesionales han empezado a transladar estas recetas tradicionales que mezclaban carnes y pescado, desde las dos comarcas del Ampurdán a las cartas de los restaurantes. Los grandes chefs han inventado sofisticadas delicias culinarias basadas en el concepto de fusión mar y montaña.
Entre los platos de mar y montaña más conocidos podemos enumerar: pollo con langosta (pollastre amb llagosta), albóndigas con sepia (mandonguilles amb sèpia), manitas de cerdo con langostinos (peus de porc amb gambes), pollo con bacalao (pollastre amb bacallà), conejo con cigalas (conill amb escamarlans), centollo con caracoles (cabra de mar amb cargols). Hay que anadir a esta lista también varios platos de arroces.