Construido por los musulmanes, el castillo de Miravet fue ampliado y convertido por los caballeros templarios en castillo-convento y sede de la orden del Temple en el Reino de Aragón. En 1308, tras un asedio de más de un año por parte de las tropas reales, pasó a manos de los caballeros hospitalarios hasta 1835.
La actual estructura y aspecto de la imponente fortaleza, en buen estado de conservación, es esencialmente obra de los templarios (siglo XII-XIII). El complejo defensivo consta de diferentes recintos amurallados presididos por los grandes torres rectangulares y las murallas del castillo propiamente dicho. Desde lo más alto del castillo se obtiene una vista impresionante de la comarca y del valle de Ebro.
✔ El patio de Armas, punto de acceso a las distintas dependencias del castillo.
✔ La iglesia románica, de planta basilical y de una sola nave cubierta con bóveda de cañón y ábside semicircular.