El monasterio de Ripoll fue fundado en el siglo IX por el conde Wifredo el Velloso y su esposa Guinedilda. Con el tiempo se convirtió en uno de los centros religiosos, culturales y económicos más importantes de la Alta Edad Media en Cataluña y panteón de la dinastía que gobernó el territorio catalán hasta el siglo XV. Tras numerosas ampliaciones, a finales del siglo XIX el monasterio, ya abandonado y muy deteriorado, sufrió una restauración en estilo neorrománico dirigida por el arquitecto Elies Rogent. En el año 1931 el monasterio es declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
✔ El extraordinario pórtico de mediados del siglo XII, considerado una de las grandes obras escultóricas del arte románico europeo. Realizada con bloques de piedra arenisca de aproximadamente un metro de grosor, la portada está concebida como un arco de triunfo dividido en siete franjas horizontales y está totalmente esculpida con escenas bíblicas y motivos vegetales y geométricos, de ahí que sea conocida como la Biblia de Piedra. En el centro se abre la puerta propiamente dicha, enmarcada por siete arquivoltas sostenidas sobre columnas.
✔ El claustro de dos pisos, iniciado en el siglo XII y acabado en el siglo XVI. Pese a la dilatación de las obras, el claustro es un espacio unitario y armónico. Tiene forma ligeramente trapezoidal y está formado por cuatro galerías con arcos de medio punto apoyados sobre dobles columnas con capiteles corintios ricamente decorados.
✔ Las tumbas condales. En el transepto de la basílica se encuentran las tumbas de algunos de los condes de Cerdaña - Besalú y Barcelona, como el propio fundador.
✔ El Centro de Interpretación, situado en la capilla de la Congregación de la iglesia de Sant Pere, contigua al monasterio. Mediante técnicas museográficas avanzadas y interactivas el Centro de Interpretación permite descubrir la historia del monasterio y su importancia.