Esta tradición tiene sus raices en los Bailes de diablos (Ball de diables), documentados desde el siglo XII en Cataluña, pero sólo en los años setenta del siglo XX tomó su forma actual, en la que tiene mucha importancia la pirotecnia. El término "correfoc" aparece por primera vez en 1977, durante la fiesta mayor del barrio barcelonés de Clot.
Los miembros de las "pandillas" (colles) de correfocs se visten en trajes ignífugas. Algunos van disfrazados de demonios, dragones, bestias o otros seres mitológicos.
Es recomendable para los espectadores no acercarse demasiado o llevar indumentaria adecuada para protegerse de quemaduras.